martes, 24 de febrero de 2009

Maestro rural

Entre valles y quebradas camina el maestro de escuela rural.


Maestro rural en Humahuaca, República Argentina


Cuando uno visita centros poblados o caseríos en la sierra, en la costa o en la selva encuentra una constante en relación con la situación y condición del maestro rural: Abandono, y exclusión. Me refiero a aquellos lugares que aun en este siglo XXI no cuentan con lo servicios básicos y cuya economía es de subsistencia precaria.

La dispersión geográfica y el difícil acceso a los centros poblados son las primeras acarcterísticas que se aprenden a afrontar. nada está preparado para acoger al foráneo, para hacerle sentir parte de la comunidad. Algunos viejos maestros dicen que antes (varias décadas atrás) habían más apoyo y las comunidades campesinas aportaban con hospedaje e incluso leña. Muchos docentes optan por vivir practicamente en el bus, porque viajan horas para llegar a la comnidad y ni bien acaba la jornada emprenden caminata hasta encontrar el primer vehículo que los lleve a la ciudad. esa rutina merma su capacidad para dedicarse a programar sus actividades de aprendizaje, a idear nuevas estrategias didácticas... casi sin darse cuenta el docente rural cae en la rutina y en el desgano; los perjudicados son los estudiantes, que hacen sacrificios para asistir a la jornada escolar y sienten que solo han confraternizado un rato y nada han aprendido.

Se reuqieren de políticas que favorezcan la movilización de mejores docentes al mundo rural. Que no sea visto como un trabajo menor o un castigo, del cual quieren slair lo más pronto posible. Hacer que el docente desarrolle sentido de pertenencia y afirme su compromiso con la comunidad demanda de una visión local, regional y nacional realmente decidida a dar a la educación el sitial que le corresponde en tanto es el factor de desarrollo y empoderamiento de los más débiles.

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